jueves, 20 de octubre de 2011

OTRO Y UNO



Superar la hoja en blanco pensó Uno y Otro le contestó con una risita burlona. Es que no sé que voy a escribir. Sos tan imaginativo vos. A ver a vos se te ocurre algo despues de todo? Que tal esa idea de la viejas tendiendo ropa. Las que estaban en un pueblo dominado por un gobierno militar? Si, esas. La cambié ahora no es mas un grupo militar son extraterrestres. Andáaa. Que no te gusta. Los extraterrestres, no tienen gracia me recuerdan los enanitos verdes con Fabio Zerpa. No era José de Zer? Es igual, otro esclarecido. Hacían la revolución las viejas. Si con broches de la ropa, andá. No me digas que no soy original. No sé para mi sos medio pelotudo. Claaaro vos que se supone sos la contraparte acumulás toda la materia gris de este cerebro.

[Uno escucha un timbrazo. Otro aumenta el ritmo cardíaco. Uno baja rápidamente las escaleras. Otro aumenta la acidez estomacal. Uno abre la puerta. Otro guarda la llave en el bolsillo derecho. Uno recibe la encomienda. Otro firma. Uno busca la llave en la cerradura. Otro la esconde y aumenta la sudoración. Uno cierra la puerta sin ponerle llave y hace un gesto de disgusto. Otro lleva la mano al bolsillo y Uno encuentra la llave. Uno le da la razón a Otro en silencio. Otro levanta al pasar una mandarina de la frutera y la va pelando camino al escritorio. Uno se ve con las cáscaras en la mano y vuelve sobre sus pasos a la cocina, a buscar el tacho. Otro enciende la hornalla y pone la pava. Uno vuelve al escritorio]

La hoja sigue en blanco, pensó Uno. La encomienda, dijo Otro. Quedó abajo, después la veo. Tres meses por unos libros, está bien que vienen de afuera pero es una barbaridad. Es que es caro el correo. Los euros son caros. Estábamos hablando de las viejas que tendían ropa. Si con Fabio Zerpa. No, sin Fabio Zerpa y con broches de colores. Y se comunicaban entre ellas. No, con los extraterrestres. Es joda. ¿No te dije que cambié la idea? ¿Y cómo con los extraterrestres? Con un código.Como en Poe con el escarabajo y las viejas lo descifran anndáaaa. No, los extraterrestres. No lo he visto a Dios con gorra 'e vasco. Colores, usan colores. Y todo eso en un cuento. Si, en un cuento, bueno, una novela. Y vos ¿vas a escribir esa novela? Claro, si. Pero lo que tenés que hacer ahora es un cuento. Si pero no se me ocurre nada más, justamente ahora . Eso te pasa porque dormís mucho. Y vos con eso no tenés nada que ver. Claro que no. Como que no son tus horas libres cuando duermo. Si justito para andar por techos y precipicios con julepe de caerse y le llamás horas libres. Claro el julepe es solamente tuyo, como que yo no me despierto hecho una sopa. Estabas hablando de colores y las viejas. Tienden la ropa con broches de colores y en la serie de colores hay un código. Y los enanos verdes? Y dale con Zerpa, che, yo dije extraterrestres. Bueno, eso. Los extraterrestres reciben la información. Sos cómico vos. Asi no te resulta tan aburrido vivir conmigo, no? A veces pienso que yo no me merezco esto. Mirá que me voy a dormir y aparecés en un barco de galeote. Hay un ruidito como de tableteo no? Otra vez pusiste la pava sin avisar. Yo no tengo la culpa si vos no registrás lo que hacés. Yo tampoco me merezco esto. Aprovechá y preparate un té. Claro para que vos después vuelques la taza. Un mate volcado en el teclado de la Olivetti es peor. O sea que en definitiva si yo no escribí nada todavía es porque vos no has querido que escriba y ahora me salís con el té para arruinarlo definitivamente. ¿Tomarían té las viejas tendedoras? Ahora cargame como que no tengo elaborado el personaje, no? Yo te pregunto si tomarían té. No sé que tiene que ver una cosa con otra pero sí, toman té y mucho por? No sé, me acordé de una película donde la chica está embarazada y toma cantidades industriales de café. Este té está horrible. Claro porque lo hiciste con el filtro usado. Seguí jodiendo vos y te voy a hacer probar un porro. Amenazame y vas a ver que el próximo mate lo cebás con orégano. Acá va tu tecito, amargo para que no me subas la acidez. Vamos al escritorio. No, cuanto más lejos del escritorio esté la taza mejor. Bueno, pero ¿asi solo, ese tecito? ¿Un pan con manteca y miel andaría, no? Excelente. Asi se me cae sobre la resma de acuatro, ¡te conozco, mascarita! Es que me preocupo por tu salud. Para eso no me hagas entrar en el super cuando sabés que hay oferta de lácteos. Claro, asi después volvés caminando por no comprarle el yogur a los chinos que apagan las heladeras de noche. Chinos, un cuento con chinos. No te digo. Y ahora que te pasa. Esos platos fuertes no son para vos. Cantame un tango ahora. No más, inventate el nombre de los personajes. Tiro una lata vacía por la ventana y listo. No te digo que sos cómico y de chistes viejos además. Claro con la heurística que usted me aporta voy a hervir en la originalidad. Pileteá la taza y andá a Olivettiar. No, mejor voy a abrir la encomienda.

[Uno abre el paquete. A Otro se le caen los libros de entre los papeles del envoltorio y vuela una tarjetita abajo del mueble del televisor. Uno se agacha a juntar los libros. Otro ve la tarjetita y la levanta guardándosela en el bolsillo dela camisa. Uno hojea el libro más grueso “El Conde de Montecristo”. Otro recrea la figura del padre leyendo sentado sobre una bolsa de granos. Uno abre el libro. Otro elige el par de páginas que estaban subrayadas con lápiz. Uno se maravilla de la pluma de Dumas. Otro propone pensar en el almuerzo. Uno deja el libro sobre el sillón y va a la cocina en busca de la libreta de teléfonos]

No hay caso yo te elijo a Dumas para que lo asocies con el Gato y la comida casera y vos cazás el teléfono. Claro, si voy a ponerme a picar cebolla a las tres de la tarde. Y que hay. Hambre hay. Unas empanadas entonces. Jugosas para que chorreen en el papel y en el teclado. Y dale con Pernía. Es tu culpa que me hacés arruinar los trabajos y además tengo que escribir y para eso me hace falta tiempo. Pensar es lo que tenés que hacer. Claro con la paz espiritual que usted me proporciona. No te digo que Dios le da pan al que no tiene dientes. ¡Un sanguchito! De berenjenas y atún. Claro así con el aceite mancho las hojas. Si todavia no escribiste nada. Escritas o no si se manchan ya no sirven más. No será mejor pedir comida china? Es una chicana? No se me ocurriría. Acá no hay ningun delivery de comidas chinas. Mirá en el bolsillo de la camisa. No es un delivery es un restaurante. Justamente nos vendría bien un cambio de aire. Y de entorno. Si y también de interno pero eso no tiene remedio. Eso decís vos no sabés las terapias alternativas que hay. Que también transplanten eso me vendría bien. Nunca aprendiste. A qué. A vivir conmigo. Es que se supone que vos no tendrías que hacerme daño. Yo no te perjudico. Claro porque cada tanto me hacés creer que los encuentros son casuales por ejemplo. Exacto. Pero yo no hago nada si a vos no te gusta. Estoy para eso, me dijeron. ¿Te dijeron? Si, los enanitos verdes, boludo ¿quien me lo puede haber dicho? Como no sea en la clínica cuando ataron el ombligo...Es una forma de decir que esto está programado y que mi función es protegerte. Protegerme de la escritura por ejemplo. Claro, para que no cometas aberraciones. Ya te dije que vas conocer las virtudes liberadoras del cannabinol. Pueda ser que así escribas algo coherente, aunque pensándolo bien preferiría que te durmieras una siesta. Si y levantarme media hora antes justito para ir al taller. Sería. Sería las de Jara, tengo que escribir ese bendito cuento. Por ahí el argumento sale del sueño. Vos nunca proponés nada, más bien me hacés desistir de lo que yo emprendo. ¡Es que emprendés cada cosa vos! ¿por qué no te ponés a leer un peiper? Parecés mi jefa. Un poco de razón tiene. Defendela, claro, si te gusta. Boludo. Atorrante. Juntos somos dinamita. Si, pero mojada. Culpa tuya por tanta birra, el whisky es más seco. La Quilmes viene cada vez peor. Por eso lo último que tomaste fue una Stout. Ahora decime como se acaba esto. Qué cosa . El cuento. Qué cuento, si no escribiste nada. Lo mismo da, hay que pasar a otro tema. Como almorzar, por ejemplo. Por ejemplo.

[Uno toma el llavero y va hasta la puerta. Otro toma el paraguas al pasar. Uno sale con el paraguas en la mano y achica los ojos por la resolana de las tres de la tarde. Putea bajito a Otro que se esconde en un bostezo de hambre. Uno pasa el paraguas por el respiradero del sótano y lo deja caer. Otro hace una seña a un taxi que pasa. Uno sube al coche y se alejan]
JMV 15/7/09

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